Encontré mucho más de lo que estaba buscando, en aquellos cuartuchos de madrugada donde crecen besos que algún día, en algún momento, tal vez se darán; no seré yo quien proteste por ello. Si la temeridad sólo sabe medirse en pasos, y la valentía es todo eso que aprendes después de haber salido corriendo unas cuantas veces mientras otros se quedaban a luchar, es mejor redactar un buen eslogan publicitario que rece: aquí estoy, aquí me tienes.
Ahora escribo para no olvidar que quedan deudas pendientes, y precipicios, y gente que va y que viene, con su roce de caricias y miradas mientras doblas una esquina de tu vida como si fuera una página de libro que quisieras recordar. Que el tiempo sigue, ya no distingo si hacia delante o hacia atrás, pero encontré mucho más de lo que buscaba, así que el resto no importa: tengo familia, amigos, cerveza, y un compañero de vida que, de entre todos los ojos, eligió mirar los míos. Por eso sonrío, enciendo un cigarro y me digo: ¿cómo no voy a abrirlos de par en par?
domingo, 21 de febrero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario